ACROFILIA (ἀκροφιλία): EL SENTIDO QUE NADIE TE ENSEÑÓ A USAR
No es acrofobia (miedo a las alturas), es todo lo contrario: te vamos a despertar la ACROFLIA, (amor, por las alturas), con la ayuda de una gran firma (KPF) que descubrimos a lo largo de 4 viajes para nuestro salón de la fama de la arquitectura mundial.
Por Alex Márquez
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Definitivamente padecemos ACROFILIA.
No es un diagnóstico clínico, es una manera de viajar, de observar y de pensar. Amor por las alturas, afinidad por subir, pasión por mirar desde arriba cuando la mayoría apenas empieza a caminar en plano. Lo decimos con humor, pero lo practicamos con método: subir ordena la mente.
Antes de continuar, vale la pena aclararlo con precisión y una sonrisa. La acrofobia es el miedo a las alturas. La acrofilia, tal como la usamos aquí, es justo lo contrario: el gusto, la atracción y la afinidad por elevarse para comprender el conjunto. ACROFILIA (ἀκροφιλία) es un neologismo conceptual de raíz griega, construido a partir de ákros (altura) y philía (amor), que utilizamos deliberadamente para nombrar algo que muchos sienten, pero casi nadie explica: cuando subes, piensas distinto.
Si probar buenos vinos despierta el paladar,
si asistir a muchos conciertos educa el oído,
subir a las alturas despierta una forma más elevada de pensar.
Por eso lo decimos sin rodeos: te vamos a despertar la acrofilia.
La teoría empieza arriba
En la Grecia antigua, theoría (θεωρία) no significaba únicamente pensar o reflexionar. Significaba ver. Ver desde lo alto, desde la altura de los dioses, para comprender la totalidad y no quedarse atrapado en el detalle inmediato. La teoría era, literalmente, una visión elevada.
Bajo esa lógica —tan antigua como vigente— no existe una mejor manera de comenzar un verdadero viaje que subiendo al punto más alto de la ciudad principal del destino. Desde ahí, la ciudad se ordena: su geografía, su economía, su densidad, sus contrastes y sus aspiraciones se vuelven legibles. Por eso, en nuestros Learning Tours, el primer ritual ha sido casi invariable: subir primero. Antes del museo, antes del restaurante, antes del shopping. Subir para entender.
Cuatro Learning Tours, una misma pista
Con el paso del tiempo ocurrió algo revelador. A lo largo de cuatro Learning Tours distintos, en países y ciudades diferentes, seguimos sin proponérnoslo la pista de una misma firma de arquitectura. Seúl, Shanghái, Shenzhen y Hong Kong. Cuatro metrópolis clave de Asia. Cuatro torres monumentales. Un mismo lenguaje. Una misma sobriedad poderosa. Una misma empresa: Kohn Pedersen Fox (KPF).
Ahí aparece uno de esos momentos que tanto nos gustan en el Salón de la Fama de la Arquitectura Mundial: cuando la coincidencia deja de ser casualidad y se convierte en patrón. Y los patrones, cuando se conectan, arman rompecabezas.
La firma y el diseñador
Kohn Pedersen Fox Associates (KPF) es una firma norteamericana fundada por Eugene Kohn, William Pedersen y Sheldon Fox. De los tres, William Pedersen ha sido reconocido como el líder creativo y el arquitecto que dio forma al lenguaje conceptual de muchos de los grandes rascacielos financieros del mundo.
KPF no diseña torres para el aplauso inmediato ni para el gesto extravagante. Diseña instituciones verticales. Arquitectura financiera en estado puro: elegante, contenida, precisa, eficiente. Torres que no gritan, pero imponen respeto. Y no es casualidad que Asia haya confiado en una firma norteamericana para expresar su músculo financiero: KPF se convirtió en el traductor arquitectónico del capital global.
Las cuatro torres: altura con propósito
Lotte World Tower – Seúl
La torre más alta de Corea del Sur se eleva como un gesto limpio y continuo. Entre sus datos más impresionantes: al inaugurarse fue una de las torres más altas del mundo; incorporó uno de los elevadores más rápidos del planeta; y se convirtió en símbolo del poder corporativo coreano.
A sus pies se encuentra el Lotte World Adventure, uno de los parques de diversiones techados más grandes del mundo. Aunque no fue diseñado por KPF, lo visitamos y lo integramos a la experiencia para dar contexto y colorido, mostrando cómo Asia superpone capas: finanzas, comercio, entretenimiento y vida familiar en un mismo ecosistema urbano.
Shanghai World Financial Center – Shanghái
El célebre “abrebotellas” es ya parte del imaginario global. Durante años fue uno de los edificios más altos del mundo, albergó el mirador más alto del planeta, y se consolidó como ícono financiero internacional de China. Desde arriba, Shanghái se entiende en un vistazo: el río, los puertos, los distritos financieros y la ambición nacional aparecen alineados como una partitura bien escrita.
Ping An Finance Center – Shenzhen
Shenzhen es la ciudad que pasó de aldea a metrópoli global en tiempo récord, y esta torre lo confirma. Entre sus récords: una de las torres más altas del mundo, sede de algunos de los pisos de oficinas más elevados del planeta, y emblema del grupo Ping An, uno de los conglomerados financieros más grandes del mundo. Aquí la arquitectura no es adorno: es mensaje económico.
International Commerce Centre (ICC) – Hong Kong
Sede del mirador Sky100, el ICC es el edificio más alto de Hong Kong. Alberga uno de los hoteles más altos del mundo y fue durante años referencia absoluta de altura y sofisticación en Asia. Desde aquí, el puerto, las islas y la densidad urbana se leen como un mapa vivo. KPF vuelve a hablar el mismo idioma, adaptado a otra ciudad, pero con la misma claridad conceptual.
Los denominadores comunes
Cuando unes las cuatro torres, el patrón es contundente:
• son torres financieras, no meramente turísticas;
• transmiten estabilidad, poder y permanencia;
• utilizan tecnología extrema sin alardear;
• están pensadas para dominar el mapa mental de la ciudad;
• confirman a KPF como la firma de confianza de Asia para los íconos del capital global, aun siendo una empresa norteamericana.
Viajar con visión (y con altura)
Aquí entra nuestra filosofía. Subir no es un capricho: es una herramienta pedagógica. Desde arriba:
• la ciudad se ordena;
• la economía se vuelve visible;
• las decisiones urbanas se entienden;
• el resto del viaje se vive con mayor profundidad.
Por eso insistimos: nuestros viajes formativos no son únicamente turísticos. Son viajes de lectura, comparación e interpretación. Viajes donde sabemos a qué punto subir y por qué.
TEN TOP TIPS de la acrofilia viajera
1. Empieza siempre con visión de conjunto.
2. La altura aclara las ideas.
3. La arquitectura también comunica poder.
4. Las torres financieras hablan de confianza.
5. Ver desde arriba ahorra años de explicaciones.
6. El diseño sobrio suele ser el más duradero.
7. La tecnología bien hecha no presume, funciona.
8. Comparar skylines es comparar economías.
9. Viajar con método multiplica el aprendizaje.
10. Pensar en grande empieza, literalmente, desde arriba.
Paso de acción
La próxima vez que viajes, haz el experimento: sube primero. Mira la ciudad desde lo más alto y pregúntate qué quiere ser dentro de veinte o treinta años. Esa sola pregunta cambia tu manera de recorrerla… y muchas veces, también tu manera de pensar tu propio proyecto.
Cierre
Los griegos lo entendieron hace siglos: ver bien es pensar mejor. La teoría nace en la altura. Por eso no tememos a las torres, ni a los miradores, ni a las vistas panorámicas. Al contrario: las buscamos.
Eso es ACROFILIA.
Y también es nuestra manera de viajar.